22/11/2016 - http://elpais.com/
Son las tres de la madrugada y toda la familia está ya en pie. Los hombres machacan el barbasco, una raíz cuyo jugo funge de veneno paralizador de peces. Las mujeres mascan la yuca para elaborar chicha, la bebida alcohólica energizante más popular de la selva. Las puntas de hierro de los arpones artesanales, que en unas horas servirán para ensartar a los bocachicos que abundan en el agua, resplandecen a la luz de la lumbre. A orillas del río Rotuno, esta familia de Sarayaku, en la Amazonía ecuatoriana, está lista para iniciar el ritual de pesca colectiva junto al resto de su comunidad. Cuando el sol aparece en el horizonte, los hombres suben a las canoas y remontan el río para soltar el barbasco, cuya sustancia blanquecina convierte el agua en leche y adormece a los animales. Mientras, las mujeres aguardan río abajo y machete en mano, dispuestas a llenar de peces las cestas que cuelgan de sus cabezas. La pesca, como llaman en esta comunidad de la suroriental provincia de Pastaza a este ancestral método de captura colectiva para la subsistencia, tiene lugar una vez cada seis meses, aproximadamente. Para garantizar la reproducción de los peces, está prohibido realizar... Ver Más
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